Achicoria

1.- Nombre científico: Cichorium intybus.


2.- Otros nombres comunes: Abalea, aguachicoria, almirón, amargón, azapuerco, azuletes, balea, camarroja, chicoreta, chicoria, cicoria, endivia silvestre, escamarroja, escoba rastrera, farinera, jarritas, lecheriega, lecherina, mamporrina, mazapuerco, pimpolla, porrinos, radicheta, ramaoya, ripia, salcillo, ternasol, ternillo


3.- Partes de la planta de uso médico: La hierba y las raíces.


4.- Descripción de la planta: Si hay alguna planta a la que el apelativo de silvestre mejor le cuadre, esa sin duda es la achicoria. Se fija al suelo mediante una larga raíz cilíndrica de la que se desarrolla un tallo que alcanza en ocasiones alturas superiores al metro. Es hueco, cuadrado, con vellosidad, doblado en diversas direcciones y ramificado. Las hojas inferiores se dividen mientras que al ir ascendiendo por el tallo van haciéndose mas sencillas y lanceoladas. Toda la planta posee un líquido blanco y amargo. Muy atractivas son las flores azuladas, que en ocasiones pueden ser de un color rosa o incluso blanco. Se disponen aisladas o agrupadas en número escaso, en las axilas de las hojas, se abren solamente cuando brilla el sol y se marchitan rápidamente, aunque son sustituidas de inmediato por otras nuevas.


5.- Época de floración: Durante toda la época estival.


6.- Presencia: La achicoria no es rara. Para prosperar necesita de un suelo algo arcilloso. Se la encuentra en el borde de los caminos, entre matorrales, en barbechos y terrenos baldíos, en linderos y en descampados.


7.- Sustancias activas: Junto a otros muchos componentes, también responsables de las propiedades de la planta, las principales sustancias son los principios amargos, el tanino y la colina


8.- Acción curativa y uso: La principal utilidad de esta planta es que aumenta el apetito y mejora el flujo biliar y los trastornos en el hígado. Se la emplea mucho como infusión, junto a otras hierbas, para sanar dolencias producidas por alteraciones del metabolismo, tales como, flatulencias, dolores de barriga, sensación de plenitud o cefaleas. Por otra parte, si en lugar de ingerir la infusión de achicoria, se aplica a la piel, es un excelente limpiador de impurezas y cura las irritaciones.
En cuanto a la medicina popular, es común empapar en agua un manojo de achicoria y beberse el líquido. Esto facilita la bilis y hace eliminar las mucosidades con las heces. Una decocción preparada con la hierba y la raíz y vino o agua, y bebido caliente, despeja el hígado y el bazo y es útil al comienzo de la hidropesía y la caquexia. Tolera también el aguardiente y es muy bueno para el dolor de estómago, las fiebres y la debilidad del corazón, así como para la podagra. Otro uso frecuente del té de achicoria es contra las impurezas de la piel, usándolo a modo de apósito.


9.- Consejo particular: El efecto que causa la achicoria es muy similar al del taraxacón, por lo que el té realizado con la mezcla de ambas plantas, junto a la menta piperita, resulta muy indicado para las curas de primavera y de verano. Existe la posibilidad de que mejore también las dolencias reumáticas y que intensifique la actividad de las grandes glándulas (el hígado y los riñones), proporcionando así bienestar. La dosis correcta para la cura es de 1 taza 2 veces diarias durante un mes.


10.- Recolección y preparación: La hierba en flor hay que recolectarla a principio del verano, secándola a continuación al aire, con rapidez. Las raíces se desentierran a finales del otoño, se las lava bien para quitar la tierra que tengan encima, se las parte a la mitad, y se las deja en un lugar ventilado.


11.- Efectos secundarios: No son de temer.


12.- Recetas:
Té de achicoria: Se añade 1 cucharadita de la raíz o de la hierba (o una mezcla de ambas) a 1/4 de litro de agua fría, se calienta hasta que hierva y se deja cocer durante un par de minutos. Se cuela a continuación. La dosis recomendada son 2 ó 3 tazas diarias.

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