Agrimonia

1.- Nombre científico: Agrimonia eupatoria.


2.- Otros nombres comunes: Algafete, algafil, alimonia, amores, amoricos, arquimonia, cabsitiella, cafal, cafil, esmermasangre, eupatoria, eupatorio de dioscórides, eupatorio de los griegos, gafetí, hierba bacera, hierba de la gallina, hierba del podador, hierba de San Guillermo, mermesangre, oraga, serverola.


3.- Partes de la planta de uso médico: Toda la hierba en flor (sin las raíces).


4.- Descripción de la planta: Especie vivaz que desarrolla un tallo pubescente poco ramificado que alcanza una altura de hasta un metro. En él se disponen grandes hojas, de hasta 20 centímetros de largo, pinnadas, impares, igualmente pubescentes. El tallo florigero finaliza en una inflorescencia que puede describirse como una larga espiga laxa.


5.- Época de floración: Las flores amarillas aparecen sucesivamente desde abajo hacia arriba desde el comienzo del verano hasta el final del mismo.


6.- Presencia: Se encuentra toda Europa, en Rusia y en las regiones de clima favorable de Asia. Existe también en Norteamérica. Los setos, bordes de caminos, matorrales poco densos, colinas y prados secos con terreno arcilloso, son los lugares en donde vive. Tanto el hombre como los animales se encargan de propagar sus frutos por cuanto que éstos disponen de pequeños ganchos con los que se fijan a la vestimenta del primero, o al pelaje del segundo.


7.- Sustancias activas: Los componentes principales son los taninos, los principios amargos y el aceite esencial, aunque no debe olvidarse el ácido silícico, las sustancias mucilaginosas y los numerosos productos acompañantes. La totalidad de todos estos elementos es la que determina su acción.


8.- Acción curativa y uso: Las plantas que contienen taninos son siempre eficaces contra la diarrea. Si contienen además principios amargos y aceites esenciales, se amplía notablemente su campo de aplicaciones, y mas concretamente a las dolencias gastrointestinales de diversa índole, incluyéndose todas aquellas atribuibles a una secreción insuficiente de fermentos o a un flujo deficitario de bilis. Se usa la planta en forma de té contra la diarrea, la acumulación de bilis, la falta de apetito y los cólicos biliares agudos. La acción diurética de esta especie no es fiable por lo que no debe emplearse en los trastornos biliares y renales, ni contra los cálculos en el riñón. Por el contrario, resulta eficaz como gargarismo contra la gingivitis o la inflamación de la mucosa faringea. En especial oradores y cantantes cuidan así su voz. Aparte de su empleo sólo, la agrimonia es, asímismo, parte componente de numerosas infusiones empleadas contra los trastornos gastrointestinales, vesicales, renales, biliares y hepáticos.
El uso de la agrimonia se remonta a muy antiguo. Los recetarios medievales de Plinio, Dioscorides y otros autores, prescriben esta planta contra la fiebre y los trastornos gástricos, hepáticos, biliares e intestinales, o para combatir la hidropesía y los dolores crónicos. La medicina popular basa sus conocimientos en estas obras, ampliada por la propia experiencia o por los errores cometidos. El catálogo de sus indicaciones se volvió así enorme, entre ellas la expectoración, sanguinolencia, hemorragias renales, blenorragia, punzadas costales, dolor de pies, asma, gripe, hemorragias nasales, oftalmía, supuraciones y furunculosis.


9.- Recolección y preparación: Debe recogerse la planta en los meses estivales. La de mejor calidad es la recogida a principios del verano. Para secarla se cuelga al aire libre. Si se emplea calor artificial, la temperatura debe ser inferior a 40 grados centígrados, para no destruir los principios activos.


10.- Efectos secundarios: No son de temer ni efectos secundarios ni intoxicaciones con esta planta.


11.- Recetas:
Té de agrimonia: Se vierte 1/4 de litro de agua hirviendo sobre dos cucharaditas rasas de agrimonia, se deja reposar por espacio de 10 minutos, se cuela y cuando haga falta se bebe una taza entre 2 y 3 veces al día. Con él son posible también hacer gárgaras y enjuagues. Como consejo particular, si el té se prepara con agrimonia y ajenjo en la proporción 2:1, resulta muy útil para aquel que sufra de cálculos o arenillas o se queje de estancamientos en la vesícula biliar, lo cual produce dolores intensos.

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