
1.- Nombre científico: Frangula alnus.
2.- Otros nombres comunes: Ácere, ázare, aliso negro, alno bacifero, frángula, arrayán, avellanillo, avellano bravío, biondo, cavicuerna, chopera, durillo morado, fránguilla, frángula, gediondo, geriondo, hediondo, jediondo, salguera del Bierzo, sanapudio negro, sangreda, sangüeña.
3.- Partes de la planta de uso médico: La corteza, que se guarda durante un año antes de poder utilizarla.
4.- Descripción de la planta: Arbusto arbóreo que alcanza hasta 6 m de alto y que llama la atención por las numerosas lenticelas blanco-grisáceo de la corteza (tejido de ventilación), que por lo demás es lisa, brillante y de color gris pardo. De las poco aparentes flores hermafroditas, que se disponen en grupos de 2 a 6 en las axilas de las hojas, se desarrollan tras la fecundación drupas que son al principio verdes, después rojas y cuando han madurado de color negro azulado. Las hojas son elípticas, de borde entero y de superficie brillante, colocándose en disposición alterna, Las ramas son espinosas, al contrario que el espino cerval cuya corteza y bayas son igualmente purgantes.
5.- Época de floración: A finales de la primavera y principios del verano.
6.- Presencia: En Europa es frecuente en las vegas, los alisares, el borde de los caminos y los setos.
7.- Sustancias activas: Los principales productos almacenados en la corteza son la glucofrangulina y la frangulina (derivados de la antraquinona).
8.- Acción curativa y uso: La corteza de arraclán es un purgante suave pero eficaz, ya que actúa en el intestino grueso. Debido a las sustancias que contiene, está emparentada con las hojas de sen, el aloe y el ruibarbo. Es más suave que las dos primeras especies, pero más fuerte que la última. Se utiliza el té solo o mezclado con otras plantas, en especial con los denominados carminativos (productos contra la flatulencia). Es además un componente muy apreciado de muchas infusiones para las curas de primavera y de otoño en las que se desea un efecto purgante suave. Numerosos preparados galénicos, especialmente en forma de grajea, contienen los principios activos de la corteza de arraclán. Con el té de corteza de arraclán no son de temer las heces serosas, la irritación de las mucosas intestinales y la congestión de los órganos pélvicos. Bajo control médico se le puede recomendar incluso a las embarazadas.
También en la medicina popular se considera a esta planta como un purgante de probados efectos, pero además como remedio a las enfermedades biliares y hepáticas, la clorosis, la tiña, la fiebre y sobre todo en los casos de hemorroides.
9.- Recolección y preparación: Para obtener la corteza hay que descortezar los ejes epigeos (las ramas y los ramillos). Deberá hacerse en primavera cuando suben los jugos por que la operación resulta entonces bastante sencilla. Se la seca al sol o a la sombra, pero para fines médicos no puede utilizarse hasta después de haber permanecido guardada por espacio de un año, pues el producto fresco provoca naúseas. Transcurrido ese tiempo los fermentos han descompuesto los frangularósidos que ocasionan ese efecto y eliminado así los desagradables efectos secundarios.
10.- Efectos secundarios: Para una dosis adecuada y utilizando ejemplares que hayan estado guardados al menos durante un año no son de temer efectos secundarios. Lo mismo que con todos los purgantes enérgicos, no debe utilizarse de modo contínuo el arraclán. Hay que intentar remediar el estreñimiento también con otros medios (por ejemplo con semillas de lino).
11.- Recetas:
Té de arraclán: Se añade 1 cucharadita de corteza rallada a 1/4 de litro de agua fría. Se deja por espacio de 12 horas en reposo dando de vez en cuando vueltas, se cuela y se bebe tibio antes de ir a la cama.