Cornezuelo de centeno

1.- Nombre científico: Claviceps purpurea.


2.- Otros nombres comunes: Carbón de centeno.


3.- Partes de la planta de uso médico: Todo el esclerocio que crece sobre el centeno.


4.- Descripción de la planta: Se trata de un hongo parásito que afecta a varios cereales, aunque el más común es el centeno y de ahí su nombre. El cornezuelo que cae al suelo en otoño, sobrevive el invierno y forma a la primavera siguiente pequeños cuerpos fructíferos de color rojizo, tubiformes y provistos en sus extremos de esferidios, en los que hay numerosas invaginaciones en forma de botella, los peritecios, que es donde encuentran los esporocarpos con esporas filiformes. Estas son transportadas por el viento hasta las flores de las gramíneas, germinan inmediatamente en ellas, penetran en la cavidad ovárica y se desarrollan hasta formar un vigoroso micelio. El ovario se convierte así en un depósito del hongo. Se forman en su interior conidios (esporas originadas por estrangulación) que se agrupan en una secreción dulce, el denominado melazo. Cuando los insectos toman este último, propagan las esporas hasta otros cereales o gramíneas. Después de consumir la pared del ovario las esporas se transforman en un esclerocio. Las hifas crecen muy juntas y se convierten por último en el cornezuelo alargado, de color violeta oscuro en su superficie.


5.- Presencia: En cereales y gramíneas, aunque hoy en día apenas existe en los cultivos de esos cereales, salvo cultivado a propósito.


6.- Sustancias activas: Alcaloides: ergotamina, ergosinina, ergocristina, ergocriptina, ergocornina, ergobasina, ergobasinina. Además aceite graso y albuminoides.


7.- Acción curativa y uso: Lo primero de todo advertir que el cornezuelo es muy tóxico y el profano no debe utilizarlo. La medicina académica tampoco lo emplea debido a la variabilidad de su contenido. Sin embargo, los preparados normalizados o los medicamentos a base de sus componentes aislados, se aplican muy frecuentemente al tratamiento de los trastornos neurovegetativos, de los estados de excitación y de angustia o para dolores especiales (jaqueca). Pero más importantes aún en su acción sobre el útero: los preparados de este hongo cortan las hemorragias y por vía del sistema nervioso vegetativo estimulan la contracción uterina.


8.- Historia del cornezuelo: Hoy día es tan raro en el centeno que el hongo debe obtenerse en cultivo. Se infectan las flores con las esporas y allí se desarrolla el cornezuelo. Antiguamente, por el contrario, el cereal estaba tan contaminado con el hongo que se producían infecciones masivas. En el año 922 cayeron víctimas de esta epidemia 40000 personas en España y Francia. La enfermedad se presentaba en dos formas diferentes. Una de ellas comenzaba con una sensación de hormigueo: el paciente sentía sobre su piel unos picores como si tuviera miles de hormigas por encima. Se producía a continuación sordera y trastornos intestinales, espasmos dolorosos de la musculatura y generalmente embrutecimiento sin que los pacientes llegaran a morir. La segunda forma comenzaba con picores, pero conducía después a la necrosis de los dedos y más tarde de las extremidades. A consecuencia de ello la mayoría de los pacientes morían. Las primeras noticias sobre el uso medicinal del cornezuelo aparecen en el recetario de herbolistería de Lonicero (1582). Se le recomendaba como estimulante de las contracciones uterinas. En los siglos XVII y XVIII solamente las comadronas lo utilizaban. De ellas lo tomaron después los médicos. La medicina científica comenzó a principios del siglo XIX a ocuparse de esta especie. La medicina popular actual ya no la utiliza debido en gran medida a que resulta difícil de obtener en los campos de centeno, actualmente libres de este hongo, pero probablemente también a que su toxicidad conlleva un riesgo.


9.- Efectos secundarios: El cornezuelo del centeno es muy tóxico. El profano debe abstenerse de emplearlo. Hay que seguir estrictamente las instrucciones dadas por el médico y no deben tomarse nunca cantidades superiores a las prescritas. Las intoxicaciones con cornezuelo se exteriorizan mediante malestar, salivación, vómitos, diarrea, sudoración, parpadeos, el pulso más lento, espasmos y parálisis. La muerte puede presentarse a continuación por un colapso circulatorio. En las intoxicaciones crónicas la gangrena es un acompañante frecuente. Aparecen además dolores de cabeza, malestar, picores y sordera. En el caso de una intoxicación aguda, hay que proceder a acudir urgentemente al médico para practicar al paciente un lavado de estómago.

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