
1.- Nombre científico: Herniaria glabra.
2.- Otros nombres comunes: Arenilla, cachapete, cientoengrana, gazapelo, hierba cólica, hierba de la orina, hierba de la piedra, hierba del turco, hierba lacólica, milengrana, polígono menor, quebrantapiedras, rompepiedras.
3.- Partes de la planta de uso médico: Toda la planta en floración (sin las raíces).
4.- Descripción de la planta: Rastrera sobre el terreno, forma tallos desnudos en los que se disponen opuestas las hojas pequeñas y elípticas o lanceoladas que miden entre 3 y 8 mm de largo. Las diminutas flores de color verdiamarillo rara vez alcanzan un tamaño superior a 1 mm. Se agrupan sobre las axilas de las hojas formando un ovillo de 5 a 10 ejemplares. Otra especie de herniaria es la pelosa (Herniaria hirsuta), que igualmente se aprovecha en medicina. Se diferencia de la que hemos descrito solamente por las hojas y tallos pubescentes.
5.- Época de floración: Durante todo el verano.
6.- Presencia: La herniaria es uno de los representantes más frecuentes de la flora autóctona centroeuropea, aunque tan poco llamativa que casi nadie la conoce. Crece en los caminos, en campos arenosos y en cañadas, en escombreras y erales de todo el centro de Europa. Prefiere suelos alcalinos y silíceos.
7.- Sustancias activas: Saponinas (ocho distintas), herniarina, tanino, algo de aceite esencial, posiblemente un alcaloide y distintas sustancias volátiles.
8.- Acción curativa y uso: Desde siempre se ha atribuido a esta planta una acción metabólica. Se cree que ésta, lo mismo que un efecto ligeramente diurético, se debe a la saponina. Los productos que la contienen suelen ser también remedios contra la tos ya que disuelven las mucosidades y facilitan la expectoración. Sin embargo, estas características se sitúan por detrás del efecto espasmolítico en el dominio de los riñones y la vejiga. A la herniaria se la puede describir como un antiespasmódico para las vías urinaria. Por esa razón es un componente de muchas infusiones empleadas para combatir las enfermedades de la vejiga y los riñones. Las hojas de gayuba son el desinfectante clásico de las vías urinarias derivativas. Si se las administra conjuntamente con la herniaria se obtiene un té excelente que ayuda también a mitigar los dolores espasmódicos. En cuanto a la medicina popular, hoy en día se la utiliza poco; se debe a que casi nadie la conoce o a que al guardarla durante algún tiempo se pierden rápidamente sus principios activos. En los recetarios antiguos y nuevos se la suele recomendar para tratar la tos, la tuberculosis, las dolencias renales y vesiculares, la ictericia y las enfermedades de la mujer, aunque faltan las alabanzas dedicadas a muchas otras plantas medicinales. También está en retroceso su empleo en el baño para el tratamiento de las heridas que cicatrizan mal, puesto que hay especies mejores para tal fin (manzanilla, árnica, consuelda o clematítide por ejemplo).
9.- Recolección y preparación: La planta debe recolectarse durante la época de floración. Los principios activos que contiene son muy sensibles por lo que para obtener un producto eficaz hay que secarlo a la sombra. No resulta recomendable hacerlo con calor artificial. La eficacia del producto viejo disminuye también con gran rapidez, por lo que hay que procurarse siempre plantas frescas. En ningún caso los ejemplares utilizados deben contar con más de un año de haber sido recolectados.
10.- Efectos secundarios: Con las dosis que se indican no son de temer efectos secundarios. Solamente en caso de sobredosis elevadas pueden presentarse fenómenos de paralización centrales.
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